martes, 25 de octubre de 2011

HIJ@S PERFECT@S


Los padres, a veces, aspiramos a la perfección de nuestra progenie.

Invadidos por no sé qué sentimiento, pensamos que la perfección existe.

Quizá hemos visto nacer a una criaturita tan perfecta, que nuestra mente se ha confundido.


Esperamos, para mi punto de vista erróneo, que nuestr@s hij@s cumplan nuestras expectativas, sin caer en la cuenta que lo mejor que pueden hacer en la vida es cumplir sus expectativas.


Sin caer en la cuenta de la importancia que tiene por nuestra parte, apoyar, seguir, caminar, acompañar las expectativas de nuestr@s  hij@s.

Jugamos con otra particularidad engañosa, y es que l@s niñ@s, sin lugar a dudas, quieren complacernos. La trampa está en nuestro camino y en su camino al mismo tiempo. ¿ Complacen nuestros deseos y expectativas ? o  ¿ están atendiendo a sus deseos y a sus expectativas ?

Muy difícil, tremendamente confuso a veces. Confuso aún reflexionando sobre ello, con lo cual sin reflexión, la balanza se inclina indudablemente a satisfacer nuestras expectativas. No somos perfectos, está claro y como padres, obviamente, tampoco.

En el camino de las expectativas deciden muchos factores, no solamente un destino final, una carrera que estudiar, algo que hacer en la vida.  La vida, la de ell@s y la nuestra se construye en el AHORA, con lo cual las expectativas actuales son las que irán forjando a esa persona. Tanto nuestras expectativas como las suyas propias, alentadas o apagadas.

El intento quizá pase por contaminar lo menos posible ese camino de sus expectativas y por una frase maravillosa que dijo mi amiga Sera en una Escuela de padres y se me grabó a fuego, nuestro trabajo de padres pasa por dejar SER AL SER. 

Socialmente hacer algo en nombre de l@s hij@s, amparádonos en la frase " lo hago porque es lo mejor para ell@s ", está justificando conductas en el ejercicio de la paternidad y de la maternidad, completamente irreflexivas, estereotipadas por anteriores generaciones o incluso por libros actuales que defienden una educación que se aleja por completo de ese dejar ser al ser.

Si socialmente se justifica, ¡ cuánto más ante los ojos individuales de cada uno de nosotr@s !

Mario Alonso Puig repite una frase en sus ponencias, la repite y parece cansino escuchar lo mismo, es como el manido :  "¿ te has lavado los dientes ?" . Pero lo cierto es que nuestr@s hij@s no son cubos vacíos que tengamos que llenar, sino fuegos que tenemos que avivar.

El camino de las expectativas y de dejar ser al ser, varía substancialmente, cuando eres consciente de esa frase en tu día a día de la maternidad y de la paternidad.

Desde esa perspectiva valoras negativamente el sistema educativo actual, es obvio.
Parece ser que no hay demasiadas dudas al respecto.

Pero ¿ hacemos esa reflexión como padres y madres ?,  ¿ Hacemos esa reflexión como mujeres educando varones o mujeres ?,  ¿ hacemos esa reflexión el padre por un lado y la madre por otro ?,  ¿ la ponemos en común?,   ¿ o seguimos llenando cubos pensando que están vacíos? 

¿ Qué hij@s queremos ?  ¿  Cubos llenos o fuegos ?

Imagino el cubo lleno de agua...

y pienso...que quizá por eso los cubos llenos de agua sigan apagando los fuegos que empiezan a brillar. El fuego sin lugar a duda, mentalmente podemos asociarlo con una amenaza ¿ no ?

Quizá por eso a un elemento maravilloso como es el agua, aunque la definan con adjetivos insípidos e insaboros,  le estamos otorgando educativamente la única propiedad de apagar otro elemento maravilloso como es el fuego.

La convivencia de ambos es complicada.

Pensemos en un momento como Madres y Padres, en nuestro día a día con nuestros hijos y hagamos una lista de actitudes nuestras que son parte del CUBO y actitudes nuestras que son parte del FUEGO.
Hagamos otra lista, la de nuestras expectativas y  ¿ por qué no ? , hablemos con nuestr@s hij@s de sus expectativas, se puede hacer desde la manera más sencilla a la manera más farragosa. Optemos por la sencilla.

¿ Demasiados deberes ?

Quizá si...pero solamente haciéndolos tendremos alguna respuesta.

Desde luego, el camino que andemos como padres y madres, correcto o no, que no sea porque nos han hecho cubos llenos. De nosotros depende convertirnos en fuegos que avivemos.

Si no hacemos esa reflexión nosotros, será muy difícil dejar mejores hij@s para el mundo , y a fin y al cabo ,esa es la expectativa. Y esa expectativa se ejecuta en el AHORA, en nuestro día a día...

Si hago mi reflexión como madre de una hija con altas capacidades, el camino se vuelve quizá un poquito más complicado.

Indudablemente, a todo padre o madre de niñ@ con altas capacidades, se nos pasan por la cabeza, proyectos y expectativas de futuro. Estereotipados los padres por los estereotipos sociales, el planteamiento es "  Tener que llegar a ser..."  y en ese ser, entra siempre lo curricular, ingeniero, científico, investigador...etc ( lo pongo en masculino y sin arroba, porque pocas veces he leído ingeniera, científica e investigadora ). Pero, al fin y al cabo el mundo de las expectativas de las altas capacidades está movido también por estereotipos sin reflexión previa. La ambición desmedida es mala consejera siempre en la educación de un niño o una niña con altas capacidades.

Cuando hacemos las escuelas de madres y padres, un abanico muy amplio, casi diría que del 100%, coincide y comparte la idea de que lo que quieren es que su hij@ sea feliz.

Es curioso que uno de los estereotipos que tienen en la escuela sobre l@s niñ@s de altas capacidades, es que tienen que destacar en todo. No es cierto. Con lo cual , como padres debemos huir también de ese estereotipo irreal. Nuestr@s hij@s no tienen que destacar en todo... ufff !!!!

Lo que se demomina paidocentrismo, sucede con cierta frecuencia en las familias de los niñ@s con altas capacidades. La familia gira exclusivamente alrededor del niño o de la niña. La reflexión para el paidocentrismo sería  ¿ Qué nos hace actuar así  ? ¿ Sus demandas ? ¿ Nuestras expectativas ?

El estímulo, sin forzar a los niños y sin agobiarlos, también tiene que ver con las expectativas.

Al fin y a al cabo es lo que tenemos que hacer como padres y madres, estimular, avivar el fuego.

Pero vuelvo a lo anterior. En el nombre del ·" yo sé que es lo mejor para él o para ella "...no caigamos en la perspectiva irracional de NO DEJAR SER AL SER, que en primer lugar es un niño o una niña.

El demostrarles que son amados por lo que son, no por lo que se espera de ell@s, también es fundamental, no caigamos familiarmente en el manido estereotipo de confundir potencial con rendimiento. El afecto familiar es lo más importante en cualquier tipo de educación.

Recuerdo una anécdota de mi amiga Noe, iba en un taxi y hablando con el taxista, ella de comentó que trabajaba en un proyecto para la Asociación de niños con altas capacides de Málaga. El taxista sorprendentemente le comentó: ¿ sabes que yo soy superdotado ? . Allí se inició una conversación extensa. Cualquiera, desde fuera, puede pensar : uff !!! superdotado y taxista ... fracaso escolar seguro.
Pero no, las sorpesas no acabaron aquí.
Noe le preguntó que ¿ por qué se dedicaba a esto del taxi ?
Y él le contestó tranquilamente que había abandonado su trabajo, que estaba bastante bien, relacionado con la materia que había estudiado en la Universidad, porque no le dejaba tiempo para hacer lo que más le apasionaba en su vida : LEER.  " El taxi me permite ser feliz porque puedo estar leyendo, salvo la semana que me toca el aeropuerto que se me complica un poco" .

Curiosa anécdota real que creo ilustra con mucho acierto el mundo de las expectativas.


Os dejo con la hija perfecta.



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