jueves, 19 de abril de 2012

¿ BAJO PRESIÓN Y ALTAS CAPACIDADES?



 Me voy leyendo los libros que va publicando Carl Honoré. Lo sigo como lectora, porque creo que está rodeado de esa magia de la conciencia de la paternidad en su caso, que le ha hecho reflexionar, plantearse, moverse hacia otro lado y quizá también aquello que defino yo siempre como la maternidad que cambia rumbos. En este caso su paternidad.





Recuerdo una anécdota que cuenta en uno de sus libros, creo que es en el Elogio de la Lentitud, en la que se percata de esas pequeñas cosas que te hacen caer en la cuenta de la vida que vivimos Y DE CÓMO LA VIVIMOS. La anécdota es un libro de cuentos de 1 minuto para niños.
Y le lleva a la reflexión de cómo hemos abreviado hasta los momentos placenteros , tanto para padres y madres como para nuestr@s niñ@s , que somos capaces de reducirlo a 1 minuto y quedarnos más que satisfechos que nada con ello.
El libro de Elogio de la Lentitud lo recomiendo porque te hace reflexionar de cosas tan sencillas como la comida o el cómo conducimos nuestros vehículos y un LARGO etcétera de la sociedad de las prisas.



Honoré ha sacado otro libro que tengo entre mis manos que se llama BAJO PRESIÓN y precisamente no habla de esa bajo presión a la que por ejemplo yo me veo sometida en mi trabajo diario , guiado por objetivos que hay que cumplir. ¡ NO ¡  Habla del bajo presión de nuestr@s hij@s.



Cito una frase de su libro escrito a veces con muestras a veces exageradas pero no por ello menos reales. “ Muchos niños siguen hoy en día el tipo de programa que marearía a un alto ejecutivo. Pasan a toda prisa del yoga para bebés al aeróbic para bebés, a clases de lenguaje de signos para bebés. En Corte Madera, California, Gail Penner compró una agenda electrónica con motivo del cumpleaños de su hijo John para ayudarle a seguir sus actividades extraescolares : piano, beisbol, español, baloncesto, futbol, tenis, natación y kárate”
Recuerdo de pequeña, cuando me iba de campamento, que permanecía incomunicada de mis padres 15 días, y no pasaba absolutamente nada. Ni para mi, ni para ellos ( lo he preguntado). Ahora los padres se vuelven locos con este tipo de cosas, tanto es así que por ejemplo en el cole de mi hija, en el que  se van de campamento todos los años, nos tienen terminantemente prohibido a los padres llamar al cole, porque los primeros años en los que empezaron a hacerlo, las personas que trabajan en secretaría no podían atender la cantidad de llamadas que de manera ininterrumpida bloqueaban la existencia del personal.
Son muchos los temas que se mezclan y se solapan en el libro sobre la gestión del tiempo de nuestros hijos y muchas las ideas que te inducen a la reflexión.





Siempre me gusta relacionar mis visiones de educación con el mundo de altas capacidades, lo hago, simplemente porque tengo una hija con altas capacidades y es inevitable que intente informarme, reflexionar, y observar lo que rodea a este mundo.
Honoré cuenta que en una de las tutorías del cole, le comentaron que su niño estaba especialmente dotado para la pintura. Y dice “ Y hela aqui, la palabra mágica, las seis letras que son música para los oídos de cualquier padre. Dotado/a. Me voy andando a casa y me dedico a planificar la ascensión de nuestro hijo a la cúspide del mundo artístico internacional (…) Mi hijo es un artista. (…) Después de cenar me pongo a examinar revistas para padres y a navegar por internet, en busca del modo correcto de cultivar el don de nuestro hijo”
A la mañana siguiente, Honoré sueña con la idea de matricular al niño en un curso de arte. Pero el niño se niega en redondo: “ No quiero ir  clase para que me diga lo que un profesor me diga lo que tengo que hacer…solo quiero dibujar- me espeta con firmeza-  ¿ Por qué los mayores tenéis que controlarlo todo? “
Ahí me has dao… Honoré. A mi hija igual que al tuyo le encanta dibujar, pintar, hacer, pero a su aire. Dibuja bien y es feliz igual que el tuyo dibujando. Y con otras muchas propuestas al respecto, la respuesta ha sido la de “ no quiero ir a un sitio donde me digan qué es lo que tengo que hacer”. Por eso cada vez trabajamos más en casa sus intereses.
Pero en parte quizá me pase o me haya pasado como a ti y como tú defines, el deseo de controlar esa felicidad, afinar y perfeccionar su talento, transformar su arte en un logro.
No somos los primeros en querer llevar a nuestr@s hij@s a lo más alto. Ahí tenemos al papá de Mozart por ejemplo.
Y cómo tu bien dices hace 2000 años un maestro de escuela llamado Lucio Orbilio Pupilo calificó la prepotencia de los padres como un gaje del oficio en las aulas de la Antigua Roma. Hecho perfectamente documentado como señalas. Algo así como que la prepotencia va con el cargo de papá y de mamá…



“ En la actualidad, la presión por sacar lo máximo de nuestros hijos resulta devoradora. Queremos que tengan lo mejor de todo y que sean los mejores en todo. Queremos que sean artistas, buenos estudiantes y deportistas, que se deslicen por la vida sin dificultades, dolor ni fracasos.”  Para mi una frase devastadora del libro, pero justificada a través de muchos ejemplos que propone el autor. Devastadora y real, hablo muchas veces del ensayo –error, porque creo que es uno de los mayores errores de la sociedad actual. No personamos el error. Pero eso quizá de para otro post.
Mi post no intenta nada más que trasladar otra visión . El libro no propone nada, simplemente cuenta cosas diferentes. Por eso me gustan sus libros.
Quizá me pase como a él le pasa, que lo que de veras quiero es que mi hija recuerde con alegría sus años de niñez y juventud, con las fiestas an cá la Yoli, con los disfraces, haciendo de cajas juguetes y de rincones palacios, con nuestra reuniones, con nuestros juegos, con lo conejos, con el campo, con el mar, con nuestros amigos, con niñ@s., imaginando, soñando, “ guarreando”, sin cortapisas, luciendo la belleza de los pies descalzos , haciendo del arenero un restaurante y del jardín un cuarto más de juegos…
Simplemente quiero que tenga una infancia digna de ser llamada INFANCIA y ese es un reto también difícil en el Siglo XXI y que merece que nos lo pensemos….
¿ Criamos para que nos complazcan, para que nos hagan sentir felices y orgullosos, para que sean lo que nosotros queremos que sean?
¿ O criamos para dejar ser al ser?
Yo creo que debo aportar experiencias, las que consensuemos y queramos vivir y creo firmemente que debo aportar tiempo, “espacios existenciales y relacionales” como señala el libro en su contraportada… Me encanta eso de espacios existenciales y relacionales y lo hago mío para siempre….COMO MAMÁ. 


Creo que es vital para la educación en altas capacidades y para la educación en general, ser capaces como padres de aportar  espacios existenciales y relacionales....aquellos que no nos hacen olvidar lo prioritario en nuestr@s niños y niñas,  que son NIÑOS Y NIÑAS.


Es una reflexión más, llena de preguntas y a la cual cada un@ le dará su respuesta.





Si queréis dar una vuelta por el libro y seguir haciéndote preguntas , o bien me lo pedís los más  cercanos, obviamente, o bien 9788498673432 de RBA.


2 comentarios:

  1. ¡Cuántas veces nos quejamos de que los niños de hoy en día no juegan como nosotros!
    Y cuántas veces he dicho:
    "Pero si no los dejamos"

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  2. Totalmente de acuerdo. No dejamos espacio para el juego en libertad, ese juego creativo, en el que jamas aparece la palabra me aburro....

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